No estás solo
No estás solo

No estás solo

En este camino con el cáncer de próstata, nunca estarás solo. Muchas personas ya han pasado por esto antes, y sus historias pueden servirte de guía y apoyo. Con algunos consejos básicos sobre cómo afrontar los síntomas de la enfermedad y los efectos secundarios del tratamiento, podrás hacer que cada día sea un poco más llevadero. Apóyate en la información, en los profesionales de la salud y en quienes han vivido lo mismo: no tienes por qué enfrentarlo todo por tu cuenta.

Acompañamiento: ANCAP & GEPAC

Acompañamiento: ANCAP & GEPAC

En los momentos de incertidumbre, contar con apoyo especializado puede marcar la diferencia. Desde las asociaciones de pacientes como ANCAP y GEPAC trabajan para ofrecer acompañamiento emocional, información rigurosa y orientación personalizada a pacientes con cáncer de próstata y a sus familias, en cada etapa del proceso.

Cómo afrontar el impacto

Cómo afrontar el impacto

Afrontar los efectos secundarios desde el principio puede ayudarte a vivir mejor y por más tiempo. Es muy importante que hables con tu profesional de la salud sobre cualquier síntoma o efecto secundario que experimentes durante el tratamiento. Cuanto antes se detecten, más fácil será controlarlos y evitar que empeoren o causen complicaciones.4

 

Ya sea que los síntomas sean provocados por la enfermedad o por el tratamiento, aquí tienes algunos consejos básicos que pueden ayudarte:
Fatiga
Fatiga 3,4,14

  • La fatiga relacionada con el cáncer no es solo “estar cansado”, sino un agotamiento físico, mental y emocional que puede interferir con tu día a día.
  • Haz ejercicio regularmente: Se ha demostrado que la actividad física ayuda a reducir la fatiga, mejora la fuerza muscular y combate el desgaste físico causado por algunos tratamientos.
  • Escucha tu cuerpo: Haz lo que puedas según tu nivel físico, sin forzarte. A veces, caminar o estirarte suavemente ya es un gran paso.
  • Cuida tu alimentación: Una dieta equilibrada y rica en alimentos energéticos puede ayudarte a combatir la fatiga. Consulta a un dietista que te ayude a hacer cambios simples y sostenibles en tu dieta. Intenta reducir la cafeína.
  • Organiza tu día según tu energía: Planifica las tareas más exigentes para cuando te sientas con más fuerzas. Y no dudes en pedir ayuda cuando la necesites.
  • Atiende señales de anemia: La fatiga también puede estar relacionada con una deficiencia de hierro, ácido fólico o vitamina B12. Consulta con tu equipo médico si sientes un cansancio extremo o constante.

Síntomas urinarios e intestinales
Síntomas urinarios e intestinales 3,14

  • Los tratamientos para el cáncer de próstata pueden afectar el control de la vejiga y el intestino. Aquí tienes algunos consejos útiles:
  • Regula tu ingesta de líquidos: no se trata de beber menos, sino de tomar pequeñas cantidades con más frecuencia.
  • Los ejercicios del suelo pélvico son fáciles de aprender y pueden ayudarte a fortalecer los músculos que controlan la vejiga.
  • Usa ropa interior oscura y toallas absorbentes si lo necesitas, para sentirte más cómodo ante posibles escapes.
  • Algunos analgésicos pueden causar estreñimiento. No dejes de tomarlos, pero informa a tu médico si lo notas.
  • Mantenerte activo y perder peso si lo necesitas también puede ayudarte a reducir los síntomas urinarios.
  • Si tu vejiga está hiperactiva, existen medicamentos que pueden ayudarte. Habla con tu profesional de la salud.

Disfunción eréctil, libido y fertilidad
Disfunción eréctil, libido y fertilidad 4,14,15

  • Los cambios en la vida sexual pueden ser uno de los efectos más difíciles del tratamiento, pero no estás solo en esto.
  • La disfunción eréctil o la falta de deseo pueden deberse al tratamiento o al impacto emocional del diagnóstico.
  • Existen medicamentos que pueden ayudarte a mantener una vida sexual satisfactoria. Consulta cuál es el más adecuado para ti.
  • También hay dispositivos médicos que pueden ser una alternativa si los medicamentos no funcionan.
  • Algunos tratamientos pueden afectar la fertilidad de forma permanente. Si es importante para ti, habla sobre la posibilidad de preservar esperma antes de comenzar.

Manejo del dolor
Manejo del dolor 3,14

  • No tienes que vivir con dolor. Hay muchas formas de controlarlo.
  • El dolor puede variar: algunos lo sienten en los huesos, otros como una sensación de quemazón o cosquilleo.
  • Pide a tu médico analgésicos que sean lo suficientemente eficaces sin interferir en tu vida diaria.
  • La radioterapia y otros tratamientos para el cáncer también pueden ayudar a reducir el dolor.
  • Llevar un diario del dolor puede ayudarte a explicar mejor tus síntomas al equipo médico.
  • El ejercicio suave y regular también puede aliviar el dolor y mejorar tu bienestar general.

Cuida tus huesos
Cuida tus huesos 14

  • El cáncer de próstata y algunos tratamientos pueden debilitar tus huesos, pero hay formas de protegerlos.
  • Si los huesos se vuelven frágiles, hay medicamentos específicos que pueden ayudar a fortalecerlos y reducir el dolor.
  • Mantenerte activo es clave: el ejercicio no solo fortalece tus huesos, sino que también ayuda a prevenir caídas.
  • Habla con tu médico sobre suplementos de calcio o vitamina D si te los recomienda.

Pérdida de peso y pérdida de apetito
Pérdida de peso y pérdida de apetito 14

  • Tanto la enfermedad como el tratamiento pueden hacer que pierdas el apetito y peso, lo que a su vez puede aumentar la debilidad y la fatiga.
  • Si sientes náuseas, coméntaselo a tu equipo médico: pueden recetarte medicamentos para controlarlas.
  • Algunos tratamientos van acompañados de esteroides, que pueden ayudarte a recuperar el apetito.
  • Intenta comer pequeñas porciones con más frecuencia a lo largo del día.
  • Evita los alimentos con olores fuertes: los platos fríos suelen ser más fáciles de tolerar.
  • Limita los alimentos fritos o grasos, ya que pueden empeorar las náuseas.
  • Mantente bien hidratado bebiendo agua a sorbos frecuentes. Evita beber justo antes de las comidas.

Manejo de las emociones
Manejo de las emociones 4,14

  • Tus emociones influyen en muchos aspectos de tu salud: pueden afectar la fatiga, el dolor, el apetito e incluso los cambios en tu vida sexual. No las ignores.
  • Pedir ayuda no es signo de debilidad. Busca apoyo emocional desde el principio, ya sea a través de grupos de apoyo o con ayuda profesional.
  • Una actitud positiva puede marcar la diferencia y ayudarte a enfrentar el proceso con más fortaleza.
  • Tu familia también puede sentirse confundida o impotente. Hablar abiertamente con ellos puede aliviar tensiones y fortalecer el apoyo mutuo.
  • No estás solo. Compartir cómo te sientes es un paso importante para cuidarte mejor.